La importancia de llamarse Bruno

Escrito por: Vicent Sarrión

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Parafraseando a Óscar Wilde y sin ánimo de llegar a su fama y altura literaria, llamarse Bruno Soriano en este gran Villarreal que estamos disfrutando los futboleros, es y será tremendamente importante, más de lo que lo fue ser el respetable Jack o el mujeriego Ernesto en tan afamada obra del dramaturgo británico.

Quizá sea pronto para decirlo y algo ventajista tras una derrota, pero su papel trasciende al equipo para convertirse en un icono del club. Nacido en un pequeño pueblo de la provincia de Castellón y formado desde sus inicios en la cantera "grogueta", el de Artana, que así se llama su localidad natal, lleva mucho tiempo siendo la brújula en el centro del campo del submarino y la referencia mediática del club que dirige Fernando Roig. 

A nivel futbolístico, su nivel es indudable y nadie lo cuestiona. Desde su posición de mediocentro del equipo es capaz de organizar el juego de ataque para sus compañeros y de ser el jugador que dé el equilibrio defensivo necesario cuando la posesión es del contrario.

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En su ubicación, cercana a los dos centrales en zona de iniciación, ayuda en la salida de balón para evitar el balón largo. Sabe interpretar el juego combinativo de su equipo cuando necesita pases cortos o desahogar el juego de un lado al otro del campo con buenos cambios de orientación. Si la posesión es larga y clara, puede llegar al borde del área con mucho peligro ya que posee un buen disparo con su pierna izquierda. Su golpeo a balón parado es también de alta precisión y supera las barreras contrarias con inusitada facilidad. 

En fase defensiva, su capacidad para intuir el juego adversario le permite robar infinidad de balones y evitar las contraste de los rivales. Es capaz de suplir su falta de velocidad con una excelente colocación y una inteligencia táctica muy superior a lo habitual. Cuando peor lo pasa el "yellow submarine", aparece su espigada y fornida figura para solventar los problemas, para interceptar ese balón que se filtraba a un delantero, para evitar que encaren a su portero. Si en ataque, el guante de seda que envuelve su pierna izquierda le permite dar un final bello a una acción brusca, en defensa, su envergadura y su potencia física le ayuda a colaborar en el juego aéreo de su defensa. 

A nivel de club, lo tiene todo para convertirse en leyenda viviente. Tan solo la falta de títulos puede pesar en su currículum pero su amor a los colores, su permanencia para ayudar al equipo en su retorno a primera, su negativa a salir del equipo cuando ha recibido ofertas en firme de equipos con mayor potencial deportivo, su exposición continua ante los aficionados como símbolo, son claros exponentes de su implicación a nivel de club, de institución. Junto con Marcos Senna, una de las referencias claras a nivel de la historia del club y también junto a él, uno de los pocos jugadores internacionales del equipo de la Plana. Cazorla pudo serlo pero se fue buscando mejores horizontes, Riquelme quiso ser más importante que el club, y Forlán también emigró buscando mejores horizontes deportivos. Es Bruno Soriano, por tanto, el mejor exponente de hombre de club de la corta historia de esta entidad. Nacido, criado y reconocido en el Villarreal, su futuro está también escrito en letras de oro en este club. Los niños de la cantera "grogueta" se identifican con él, su cercanía, su afabilidad, su simpatía con todos y su disponibilidad a acudir a multitud de actos promocionales le convierten en esa referencia. Es uno más de ellos, incluso con su uso cotidiano del valenciano, su lengua materna y la de muchos de sus pequeños admiradores, se acerca más a ellos y le hace ser más atractivo y real como modelo a imitar en su futuro futbolístico.
Habrán visto que no he hablado de estadísticas ni de números. A Bruno no le hacen falta.

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LARGA VIDA GROGUETA A BRUNO SORIANO "EL XIQUET D´ARTANA"